Sinopsis:
Willie Parker, un antiguo gángster inglés que delató a sus compañeros,
lleva diez años viviendo en una remota aldea española oculto bajo una
nueva identidad. Pero los mafiosos a los que traicionó descubren su
paradero y encargan a dos asesinos a sueldo que lo secuestran y lo
trasladen a París. Sin embargo, las cosas empiezan a torcerse cuando,
después de raptar a Parker, los criminales se ven acosados por la
policía española.
Crítica:
Un plantel con lo mejor del cine internacional con lo peor de la casta
nacional, porque sólo hay una cosa peor que el cine español, y es el
cine de fuera hecho aquí.
El plantel protagonista está genial (excepto Laura del Sol) con un
Terence Stamp enigmático, un jovencisimo y alterable Tim Roth y un John
Hurt que hace de un asesino sin sentimientos que se reblandece en
ocasiones y un Fernando Rey que sale de vez en cuando (porque apenas ni
habla). Lo dicho, buenas actuaciones, buena historia pero horrible
ambientación. Tremendo homenaje al cine quinqui con la aparición de los
"navajeros" Enrique San Francisco y "Pirri". Una no tan clásica buddy
movie de asesinos.
Nota: 5.1/10
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